La interpretación de los sueños

Más adelante discutiremos lo que significa el juicio «Estoy soñando» o «Esto no es más que un sueño», que con tanta frecuencia surge en nosotros mientras soñamos, y examinaremos a qué poder psíquico hemos de atribuirlo. Adelantaré únicamente que su objeto es rebajar el valor de lo soñado. El problema de qué es lo expresado cuando un cierto contenido es calificado de «soñado» en el sueño mismo; esto es, el problema del «sueño en el sueño», ha sido resuelto en un análogo sentido por W. Stekel, mediante el análisis de varios ejemplos convincentes. El calificar de «soñada» una parte de un sueño dentro del sueño mismo, tiene por objeto rebasar nuevamente su valor y despojarla de su realidad. Aquello que al final de un «sueño en el sueño» continuamos soñando es lo que el deseo onírico quiere sustituir a la extinguida realidad. Podemos, pues, admitir que lo soñado contiene la representación de la realidad, el recuerdo verdadero y, por lo contrario, el sueño subsiguiente no entraña sino la.representación de lo meramente deseado por el sujeto. Así, pues, la inclusión de determinado contenido en un «sueño en el sueño» habrá de considerarse equivalente al deseo de que lo calificado así de sueño no hubiese sucedido. O dicho de otro modo: cuando un determinado suceso es situado en un sueño por la elaboración onírica misma, podemos considerar este hecho como la más decisiva confirmación de su realidad y su más enérgica afirmación. La elaboración onírica emplea el soñar mismo como una forma de repulsa y confirma así la teoría de que el sueño es una realización de deseos.

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