La letra escarlata
La letra escarlata ANTES de que Ester hubiera podido darse cuenta de lo que pasaba, y considerar lo que podÃa hacerse en vista de este nuevo é inesperado aspecto del asunto, se oyeron los sones de una música militar que se acercaba por una de las calles contiguas, indicando la marcha de la procesión de los magistrados y ciudadanos en dirección de la iglesia, donde, de acuerdo con una antigua costumbre adoptada en los primeros tiempos de la colonia, el Reverendo Señor Dimmesdale debÃa predicar el sermón de la elección.
