El negro, después del golpe,
Se habÃa el poncho refalao
Y dijo: -Vas a saber
Si es solo o acompañado.
Y mientras se arremangó,
Yo me saqué las espuelas,
Pues malicié que aquel tÃo
No era de arriar con las riendas.
No hay cosa como el peligro
Pa refrescar un mamao;
Hasta la vista se aclara
Por mucho que haiga chupao.
El negro me atropelló
Como a quererme comer;
Me hizo dos tiros seguidos
Y los dos le abarajé.
Yo tenÃa un facon con S,
Que era de lima de acero;
Le hice un tiro, lo quitó
Y vino ciego el moreno;
Y en el medio de las aspas
Un planazo le asenté,