Me encontraba como digo,
En aquella soledá,
Entre tanta escuridá,
Echando al viento mis quejas,
Cuando el grito del chajá
me hizo parar las orejas.
Como lunbriz me pegué
Al suelo para escuchar;
Pronto sentà retumbar
Las pisadas de los fletes,
Y que eran muchos jinetes
Conocà sin vacilar.
Cuando el hombre está en peligro No debe tener confianza;
Ansà tendido de panza
Puse toda mi atención
Y ya escuche sin tardanza
Como el ruido de un latón.
Se venÃan tan calladitos
Que yo me puse en cuidao;
Tal vez me hubieran bombiao
Y ya me venÃan a buscar;
Mas no quise disparar,
Que eso es de gaucho morao.