O si tal vez los caranchos
Ahi no más se los comieron.
Lo agarramos mano a mano
Entre los dos al porrón:
En semejante ocasión
Un trago a cualquiera encanta;
Y Cruz no era remolón
Ni pijotiaba garganta.
Calentamos los gargueros
Y nos largamos muy tiesos,
Siguiendo siempre los besos
Al pichel, y por mas señas,
Ibamos como cigüeñas
Estirando los pescuezos.
-Yo me voy-, le dije,-amigo,
Donde la suerte me lleve,
Y si es que alguno se atreve,
A ponerse en mi camino,
Yo seguiré mi destino,
Que el hombre hace lo que debe.
-Soy un gaucho desgraciao,
No tengo donde ampararme,
Ni un palo donde rascarme,