Pero, siempre en un apuro
Se desentumen mis tabas.
El me siguió menudiando
Mas sin poderme acertar,
Y yo, déle culebriar,
Hasta que al fin le dentré
Y ahi no más lo despaché
Sin dejarlo resollar.
Dentré a campiar en seguida
Al viejito enamorao...
El pobre se había ganao
En un noque de lejía.
!Quién sabe cómo estaría
Del susto que había llevao!
!Es zonzo el cristiano macho
Cuando el amor lo domina!
El la miraba a la indina,
Y una cosa tan jedionda
Sentí yo, que ni en la fonda
He visto tal jedentina
Y le dije:-Pa su agüela
Han de ser esas perdices.-
Yo me tapé las narices,