Yo me refalé la manta
Y la eché sobre el candil.
Gané en seguida la puerta
Gritando:-!Nadies me ataje!-
Y alborotado el hembraje,
Lo que todo quedo escuro,
Empezo a verse en apuro
Mesturao con el gauchaje.
El primero que salió
Fué el cantor, y se me vino;
Pero yo no pierdo el tino
Aunque haiga tomao un trago,
Y hay algunos por mi pago
Que me tienen por ladino.
No ha de haber achocao otro:
Le salió cara la broma;
A su amigo cuando toma
Se le despeja el sentido,
Y el pobrecito habia sido
Como carne de paloma.
Para prestar un socorro
Las mujeres no son lerdas:
SAntes que la sangre pierda