La Ilíada

Canto VII*

Combate singular de Héctor y Ayante - Levantamiento de los cadáveres

 

* La segunda también se suspende inopinadamente, porque Héctor desafía a los héroes aqueos. Echadas las suertes, le toca a Ayante, y luchan hasta el anochecer. Se pacta una tregua de un día, que los aqueos aprovechan para enterrar a los muertos y construir un muro en torno al campamento.

 

¹ Dichas estas palabras, el esclarecido Héctor y su hermano Alejandro traspusieron las puertas, con el ánimo impaciente por combatir y pelear. Como cuando un dios envía próspero viento a navegantes que lo anhelan porque están cansados de romper las olas, batiendo los pulidos remos, y tienen relajados los miembros a causa de la fatiga, así, tan deseados, aparecieron aquéllos a los troyanos.



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