Los Miserables - Parte 3

Capítulo 4 Ensanchando el horizonte

Lo ocurrido en aquella reunión produjo en Marius una conmoción profunda, y una oscuridad triste en su alma. ¿Debía abandonar una fe cuando acababa de adquirirla? Se dijo que no, se aseguró que no debía dudar; pero, a pesar suyo, dudaba.

Temía, después de haber dado tantos pasos que lo habían aproximado a su padre, dar otros nuevos que lo alejaran de él. Ya no estaba de acuerdo ni con su abuelo, ni con sus amigos; era temerario para el uno, retrógrado para los otros. Dejó de ir al Café Musain.

Esta turbación de su conciencia no le permitía pensar en algunos pormenores bastante serios de la vida; pero una mañana entró en su cuarto el dueño de la hostería y le dijo:

- El señor Courfeyrac ha respondido por vos.

- Sí.

- Pero necesito dinero.

- Decid al señor Courfeyrac que venga, que tengo que hablarle -dijo Marius.

Fue Courfeyrac y los dejó el hotelero. Marius le dijo que lo que no había pensado aún decirle era que estaba solo en el mundo y no tenía parientes.

- ¿Y qué vais a hacer? -dijo Courfeyrac.

- No lo sé -respondió Marius.

- ¿Tenéis dinero?

eXTReMe Tracker