El mismo decorado. Al fondo, junto al piano, el árbol de Navidad, despojado y con los cabos de velas consumidos. El abrigo de NORA se encuentra sobre el sofá.
NORA, a solas, pasea inquieta; finalmente se detiene ante el sofá y toma su abrigo.
NORA (Dejando de nuevo el abrigo.)
¡Alguien viene! (Va hacia la puerta, escuchando.) No… nadie. Claro está… nadie vendrá hoy, día de Navidad… ni tampoco mañana… Pero quizá… (Abre la puerta y mira.) No, nada en el buzón; completamente vacío. (Pasea de nuevo.) ¡Que tontería! No habrá nada en definitiva. No puede ocurrir nada así. Es imposible. Son tres niños pequeños los que tengo.
(La NIÑERA, con una gran caja de cartón, entra por la izquierda.)
NIÑERA
Bueno, por fin encontré la caja de los disfraces.
NORA
Gracias; déjala en la mesa.
NIÑERA (Haciéndolo.)
Pero están muy revueltos.
NORA
¡Ay, de buena gana los haría trizas!
NIÑERA
Oh, no; pueden apañarse; con un poquito de paciencia.