Los moradores de las arenas no atacarÃan asÃ, a plena luz del dÃa. A menos que estuvieran acorralados.
A menos que alguien los hubiera empujado a esto.
Cuando la primera silueta envuelta en túnicas aparece entre las dunas, Ben comprende.
Esta no es una batalla.
Es una cacerÃa.
El sol cae detrás de las dunas cuando la primera silueta tusken aparece en el horizonte.
El pueblo entero contiene la respiración. Esperaban una horda salvaje. Un ataque brutal.
Pero los moradores de las arenas no disparan.
Orrin Gault no espera explicaciones. Levanta su bláster.
—¡Ahora! —grita.
Los colonos obedecen. El primer disparo corta el aire.
Y en ese instante, todo se rompe.
Los tusken responden. No con violencia irracional, sino con precisión táctica. Se mueven entre las sombras, esquivando el fuego, cerrando la distancia.
Pero Ben Kenobi no ve enemigos.
Ve un patrón.
Esto no es un ataque.
Es un mensaje.
La batalla se desata en las calles de Anchorhead.