El Proceso

Era una mañana fría y tormentosa. K, enojado por el día que le esperaba, llegó a su despacho a las siete para, al menos, trabajar algo antes de que la visita se lo impidiese. Estaba muy cansado, puesto que había pasado parte de la noche estudiando algo de gramática italiana. La ventana, junto a la que, últimamente, permanecía sentado con demasiada frecuencia, le tentaba mucho más que la mesa, pero resistió y continuó el trabajo. Por desgracia, al poco tiempo entró el ordenanza y anunció que el director le había enviado para comprobar si el gerente ya se encontraba en su despacho. Le pidió que fuese tan amable de acudir a la sala de recepción, donde ya se encontraba el señor de Italia.










eXTReMe Tracker