«El trabajo se arrastra lamentablemente, tal vez en el lugar más importante, donde hubiera sido necesaria una buena noche» (14 de diciembre de 1914).
«No he trabajado nada» (15 de diciembre de 1914).
«He trabajado desde agosto, en general bastante y bien, pero ni en el primer sentido ni en el segundo hasta los límites de mi capacidad, como debería haber sido, sobre todo considerando que mi capacidad, según todos los indicios (insomnio, dolores de cabeza, insuficiencia cardíaca), no durará mucho. He trabajado en algunos textos incompletos: El proceso, Recuerdos del Kaldabahn, Un maestro rural, El ayudante del fiscal y pequeños inicios. Completado sólo: En la colonia penitenciaria y un capítulo de El ausente, ambos durante los 14 días de vacaciones. No sé por qué hago este repaso, no es propio de mí» (31 de diciembre de 1914).
«He resistido los muchos deseos de comenzar una nueva historia. Todo es inútil. No puedo seguir escribiendo las historias durante las noches, se interrumpen y se pierden, como con El ayudante del fiscal» (4 de enero de 1915).
«He dejado provisionalmente Un maestro rural y El ayudante del fiscal, pero también incapaz de continuar El proceso» (6 de enero de 1915).