El Príncipe

Por lo tanto, aquel que en un principado no descubre los males sino una vez nacidos, no es verdaderamente sabio; pero ésta es virtud que tienen pocos. Si se examinan las causas de la decadencia del Imperio Romano, se advierte que la principal estribó en empezar a tomar a sueldo a los godos, pues desde entonces las fuerzas del imperio fueron debilitándose, y toda la virtud que ellas perdían la adquirían los otros.

Concluyo, pues, que sin milicias propias no hay principado seguro; más aún: está por completo en manos del azar, al carecer de medios de defensa contra la adversidad. Que fue siempre opinión y creencia de los hombres prudentes “quod nihil sit tam infirmum aut instabile, quam: fama potentiae non sua vi nixa” Y milicias propias son las compuestas, o por súbditos, o por ciudadanos, o por servidores del príncipe. Y no será difícil rodearse de ellas si se siguen los ejemplos de los cuatro a quienes he citado, y se examina la forma en que Filipo, padre de Alejandro Magno, y muchas repúblicas y príncipes organizaron sus tropas. Conducta a la cual me remito por entero.




eXTReMe Tracker