La tormenta afuera se hizo más intensa, como si reflejara el caos que ambos sentÃan. Nick la sujetó con fuerza, y Noah sintió cómo su propia resistencia se desmoronaba. Se aferraron uno al otro, sin reservas, como si solo en ese instante pudieran encontrar algo de paz en medio de la tormenta. Pero ambos sabÃan, en el fondo, que aquello era una tregua frágil, una ilusión momentánea que no resolverÃa sus problemas ni aplacarÃa sus propios demonios.
La relación entre Noah y Nick, frágil y plagada de sombras, comenzaba a tambalearse sobre un abismo del cual no habÃa vuelta atrás. Noah estaba perdida, atrapada en sentimientos contradictorios que iban desde el odio hasta el deseo más profundo. HabÃa algo en Nick, en su forma de estar siempre al borde, que la atraÃa irremediablemente. Y cuando finalmente él decidió confiarle esos secretos, la oscuridad que habitaba en él no hizo más que atraparla aún más. Noah intentaba asimilar cada palabra, cada dolor, cada historia de cicatrices que Nick compartÃa con ella en la penumbra de su habitación. Ahora entendÃa de dónde venÃa aquella amargura, aquella distancia que él se empeñaba en mantener.