Él la miró, sus ojos reflejando el peso de sus decisiones y las cicatrices de su pasado. Y por un momento, en medio del peligro y de la incertidumbre, se sintieron invencibles. Pero ambos sabÃan, en el fondo, que estaban desafiando un destino que no podÃan controlar y que ese instante, ese frágil momento de paz, podrÃa ser el último que compartieran.
La realidad los golpeó con una intensidad implacable. En la mansión que alguna vez habÃa representado el último refugio para Noah y Nick, ahora solo quedaban sombras de todo lo que habÃan intentado construir. Cada secreto, cada error, y cada palabra que nunca se dijeron formaban un abismo infranqueable entre ellos. Y sabÃan que, al final, todo lo que quedaba era despedirse.
Nick estaba de pie junto a la puerta, incapaz de apartar la mirada de Noah, la única persona que habÃa logrado ver más allá de sus defectos y las cicatrices de su pasado.
—Siempre serás mi error favorito, Noah. —susurró Nick, mientras ella lo miraba por última vez.
Las lágrimas cayendo sin poder detenerlas, incapaz de ocultar la mezcla de arrepentimiento y amor que lo carcomÃa por dentro. Las palabras parecÃan reverberar en el aire, desgarrando cualquier esperanza que ella hubiera guardado en su interior.