El paraíso perdido

Libro VI

EL ARGUMENTO

Rafael sigue contando que Miguel y Gabriel fueron enviados a luchar contra Satán y sus Ángeles. Se describe la primera batalla: Satán y sus fuerzas se retiran bajo la protección de la noche. Satán convoca un consejo, inventa máquinas diabólicas que durante el segundo día de batalla crean cierto desorden entre Miguel y sus Ángeles, quienes, finalmente, arrancando montes, superan a las fuerzas y máquinas de Satán. Sin embargo, no acabando así el tumulto, Dios envía el tercer día al Mesías su Hijo, para quien ha reservado la gloria del triunfo. Éste, que llega al lugar envuelto en el Poder de su Padre, ordena a sus legiones quedarse quietas a uno y otro lado y, lanzándose con su Carro y Trueno en medio de sus enemigos, los persigue —incapaces de resistirse a él— hasta los Muros del Cielo, que se abren para dejarlos saltar sumidos en horror y confusión al lugar de castigo preparado para ellos en el Abismo. El Mesías retorna a su Padre triunfante.

«La noche toda imperseguido el Ángel bravo[228]

La gran pradera cruza celestial, hasta que el Alba,

Despertada por las Horas cíclicas, con rosácea mano

Los Portales abre de la Luz. Hay una gruta

En el Monte del Señor, muy cerca de su Trono,

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