El naufragio del Titán

CAPÍTULO II

Ocho remolcadoras arrastraron la gran mole hasta la corriente, con su morro apuntando hacia el río. El piloto dijo unas palabras en el puente; el primer oficial dio un breve toque de silbato y giró una palanca; las remolcadoras se pusieron en fila y se retiraron; en las entrañas del barco se encendieron tres motores pequeños y se aumentó la potencia de tres grandes; tres hélices empezaron a girar, y el mastodonte, vibrando con un temblor que recorrió su gigantesco armazón, comenzó a moverse lentamente hacia el mar.











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