Así habló Zaratustra

En verdad, hermano mío, si has conocido primero la necesidad y la tierra y el cielo y el vecino de un pueblo: adivinarás sin duda la ley de sus superaciones y la razón de que suba por esa escalera hacia su esperanza.

«Siempre debes ser tú el primero y aventajar a los otros[95]: a nadie, excepto al amigo, debe amar tu alma celosa» – esto provocaba estremecimientos en el alma de un griego: y con ello siguió la senda de su grandeza.

«Decir la verdad y saber manejar bien el arco y la flecha» – esto le parecía precioso y a la vez difícil a aquel pueblo[96] del que proviene mi nombre – el nombre que es para mí a la vez precioso y difícil.

«Honrar padre y madre y ser dóciles para con ellos hasta la raíz del alma»: ésta fue la tabla de la superación que otro pueblo suspendió por encima de sí, y con ello se hizo poderoso y eterno[97].

«Guardar fidelidad y dar por ella el honor y la sangre aun por causas malvadas y peligrosas»: con esta enseñanza se domeñó a sí mismo otro pueblo[98] y domeñándose de ese modo quedó pesadamente grávido de grandes esperanzas.

En verdad, los hombres se han dado a sí mismos todo su bien y todo su mal. En verdad, no los tomaron de otra parte, no los encontraron, éstos no cayeron sobre ellos como una voz del cielo.

eXTReMe Tracker