63
Quien es radicalmente maestro no toma ninguna cosa en serio más que en relación a sus discípulos, —ni siquiera a sí mismo.
64
«El conocimiento por el conocimiento» —ésa es la última trampa que la moral tiende: de ese modo volve—mos a enredarnos completamente en ella.
65
El atractivo del conocimiento sería muy pequeño si en el camino que lleva a él no hubiera que superar tanto pudor.
65a
Con nuestro propio Dios es con quien más deshonestos somos: ¡a él no le es lícito pecar!
66
La inclinación a rebajarse, a dejarse robar, mentir y expoliar podría ser el pudor de un dios entre los hombres.
67
El amor a uno solo es una barbarie, pues se practica a costa de todos los demás. También el amor a Dios.
68
«Yo he hecho eso», dice mi memoria. «Yo no puedo haber hecho eso» —dice mi orgullo y permanece inflexible. Al final —la memoria cede.
69