Cuando yo era niño e iba a la escuela, solía venir una vez al año un conferenciante que nos daba excelentes conferencias sobre batallas famosas del pasado, como la de Blenheim, la de Austerlitz, etc. Le gustaba citar la frase de Napoleón: «Un ejército marcha sobre su estómago», y, no bien había acabado la conferencia, nos preguntaba: «¿Cuál es la cosa más importante del mundo?». Esperaba que nosotros gritásemos a coro: «¡La comida!», y, si no lo hacíamos, el hombre se quedaba harto chasqueado.