Proyectos
A la mañana siguiente, muy temprano, despertó a Pedro —que bahÃa dormido mal, con sueño agitado, en su cuarto de la fonda— la visita de Borromeo, el cual se fue derecho a su cama y le soltó un cariñoso abrazo. Cuando el Niño pudo mirar a su madrugador visitante, costole trabajo refrenar un movimiento de pena. ¿El Borromeo Noroña, el misántropo que tan bien escribÃa, que tanta inteligencia revelaba, era aquel ser enteco y contrahecho, lastimosa caricatura de hombre? Creyó ver uno de los enanos de Velázquez; pero la mala impresión transformose al punto en generosa lástima. Borromeo advirtió lo que pasaba por el espÃritu de mi primo, y quiso echar a broma la aflictiva realidad.
—Veo que mi facha te enamora… No hagas caso… ¡Ya sabes que me llamo Gentileza! La naturaleza ha sido madrastra conmigo. Con Mauricio derrochó y ya no quedó migaja para el segundo. ¿Piensas que no me conozco? ¿Pero qué más da? PeriquÃn querido, hermano mÃo verdadero, ¿qué ha pasado anoche? ¿Con qué pie entraste en España y en nuestra familia?