Los Tigres de Mompracem

XXV. En Mompracem

Quebrantada por tantas emociones, Mariana había vuelto a retirarse a su camarote, y una buena parte de la tripulación también dejó la cubierta, pues por el momento no parecía que amenazara ningún peligro a la nave.

Yáñez y Sandokán permanecieron en el puente.

—Ese vapor tendrá mucho que hacer para llegar hasta Victoria —dijo Yáñez—. ¿Crees que lord Guillonk lo envió para darnos caza?

—No lo creo —contestó Sandokán—. El lord no ha tenido tiempo para advertir al gobernador de Victoria lo sucedido. Ese buque debió andar buscándonos al saberse nuestro desembarco.

—¿Crees que el lord vendrá a atacarnos a nuestra isla?

—No lo sé, Yáñez, pero ésa es mi preocupación. Lord James goza de grandes influencias y además es muy rico. Me temo que dentro de poco aparezca una flotilla ante Mompracem.

—¿Y qué vamos a hacer nosotros?

—Daremos nuestra última batalla.

—¿La última? ¿Por qué dices eso, Sandokán?

eXTReMe Tracker