De acuerdo con la costumbre, el Caballero Desheredado debÃa capitanear una de las partidas, mientras que Brian de Bois-Guilbert, segundo en méritos en el dÃa anterior, fue nombrado primer paladÃn del otro bando. Naturalmente, los mantenedores se unieron a su partida, excepción hecha de Ralph de Vipont, a quien su caÃda le privaba de vestir armadura en tan poco lapsus de tiempo. No escasearon distinguidos y nobles candidatos que se alistaron a uno y otro bando.
De hecho, aunque el torneo general en el cual todos los caballeros se enfrentaban a la vez, resultaba más peligroso que el combate individual, era de todos modos más frecuentado y asiduamente practicado por los caballeros de la época. Muchos de ellos, que no tenÃan la suficiente destreza para combatir con un adversario de bien ganada fama, querÃan demostrar su valor en el torneo general, donde se le presentaba la ocasión de pelear con oponentes más ajustados a sus fuerzas. Por el momento, ya se habÃan inscrito cerca de cincuenta caballeros por bando cuando los mariscales de campo anunciaron que las listas quedaban cerradas. Esta noticia causó la consiguiente decepción a los que se habÃan retrasado.