Ivanhoe

XIV

Ordenados con ruda magnificencia, desplegaban la pompa de sus heroicos juegos al igual que la antigua caballería; había jefes con grandes penachos y elegantes damas, convocados al toque del clarín en el pórtico del castillo.

THOMAS WARTON, El joven: Observaciones a «Reina de las Hadas» de Spenser.

El príncipe Juan escogió el castillo de Ashby para organizar su gran banquete. No se trata del mismo edificio cuyas ruinas solariegas todavía hoy extasían al viajero y que fue edificado algo más tarde por lord Hastings, primer chambelán de Inglaterra y una de las primeras víctimas de la tiranía de Ricardo III, mucho más conocido como protagonista de un drama de Shakespeare que por su huella en la historia. El castillo y la villa de Ashby pertenecían por aquel entonces a Roger de Quincy, conde Winchester, el cual durante el período en que se desarrolla nuestra historia se encontraba en Tierra Santa. Aprovechando las circunstancias, el príncipe Juan ocupó su castillo y dispuso de sus dominios sin ningún escrúpulo. Queriendo en aquella ocasión asombrar a todos con su hospitalidad y magnificencia, había dado órdenes para que se llevaran a cabo grandes preparativos con objeto de que el banquete fuera lo más espléndido posible.

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