Por Pascua, cerca del rincón estudioso, abro el libro adornado de imágenes sagradas, dedicadas a santos y a mártires. Mi voz, cantando un salmo, crece, mientras el cirio se oscurece.
THOMAS WARTON: Observaciones a «Reina de las Hadas» de Spenser.
A pesar de seguir de buen grado las instrucciones del genial ermitaño, no le resultó fácil al huésped afinar el arpa.
—Creo, santo padre, que al instrumento le falta una cuerda y que las que restan han sido mal tensadas.
—¿Os habéis fijado en eso? —dijo el eremita—. Lo que demuestra que sois diestro en el oficio. ¡El vino y la destemplanza! —añadió entornando los ojos con gravedad—. ¡Toda la culpa es del vino! Ya le dije a Allan-a-Dale, el juglar del norte, que estropearÃa el arpa si ponÃa en ella sus manos después de la séptima copa, pero no habÃa quien pudiera controlarle. ¡Amigo, bebo por el éxito de vuestra exhibición!
Entonces agarró su copa, al tiempo que sacudÃa la cabeza en un gesto de desaprobación encaminado a censurar la destemplanza del juglar escocés.
Mientras, el caballero habÃa conseguido arreglar algo las cuerdas y, luego de un breve preludio, preguntó a su anfitrión si preferÃa una canción en lengua de oc o un lai en el lenguaje de oui, o un virelai, llamado balada en inglés vulgar.