Amigos, una vez más nos encontramos junto a la brecha, llevemos la muerte hasta la muralla, y vosotros, caballeros, hombres nacidos en Inglaterra, enseñadnos vuestro brÃo y permitidnos jurar que también sois de su raza.
SHAKESPEARE: Enrique V.
Cedric, aunque no confiaba mucho en la promesa de Ulrica, no dejó de ponerla en conocimiento de Locksley y del Caballero Negro. Éstos se alegraron al saber que contaban con un amigo dentro del castillo, el cual en el momento necesario podrÃa facilitarles la entrada. Se pusieron de acuerdo con el sajón respecto a la táctica a seguir en el ataque, con el propósito de liberar a los prisioneros que estaban en manos del cruel Front-de-Boeuf.
—La sangre real de Arturo está en peligro —decÃa Cedric.
—El honor de una noble dama está amenazado —decÃa el Caballero Negro.
—¡Y por san Cristóbal, que luce en mi tahalÃ! —dijo el buen montero—. Aunque no hubiera más motivo que el de poner a salvo al pobre y fiel Wamba, harÃa saltar el castillo antes de que le tocaran un pelo de la cabeza.