¿Tiene ojos el judÃo? ¿Tiene manos, órganos, sentidos, afectos, pasiones, debilidades y ternuras? ¿Se alimenta con las mismas materias, lucha con las mismas armas, sufre enfermedades, cura de las enfermedades por los mismos sistemas, padece frÃo y calor durante los inviernos y los veranos, del mismo modo que un cristiano?
SHAKESPEARE: El mercader de Venecia.
Oswald, ya de vuelta, musitó al oÃdo de su amo:
—Se trata de un judÃo que dice llamarse Isaac de York; ¿será correcto que le haga pasar?
—Que lo haga Gurth, Oswald —dijo Wamba con su habitual desfachatez—. El porquerizo cuidará cortésmente al judÃo.
—Santa MarÃa —dijo el abad santiguándose—. Un judÃo descreÃdo en nuestra compañÃa.
—¿Un perro judÃo, acercándose a un defensor del Santo Sepulcro? —protestó el templario.
—A fe mÃa —replicó Wamba—, parece ser que los caballeros templarios son más amantes de la herencia de los judÃos que de su compañÃa.