CubrÃan el cuerpo de Marcelo mientras canturreaban una suave melodÃa, que era el elogio del finado galán. Viejas, elegantes y grandes damas sollozaban y hasta la llegada del alba velaban.
Canción anónima antigua.
El modo de efectuar la entrada en la torre del castillo de Coningsburgh es muy peculiar, y procede de la rústica simplicidad de los lejanos tiempos en que fue erigida. Unas escaleras de vuelo tan vertical y estrecho que casi se las puede tildar de precipicio, suben hasta un portal de bajo dintel situado en el lado sur de la torre, a través del cual el osado amante de las antigüedades puede, o podÃa hasta hace muy poco, tener acceso al tercer piso de la edificación, por ser los dos pisos inferiores bóvedas y mazmorras que no reciben ni luz ni aire si no es a través de un orificio cuadrado del tercer piso al cual se ascendÃa, al parecer, por medio de una escalera de mano. El acceso a los aposentos más altos de la torre, que en total cuenta con cuatro pisos, se efectúa por unas escaleras que cruzan los salientes externos.