Hamlet

HAMLET.— Dejadme ver una… [Guillermo y Ricardo se acercan a Hamlet con ademán obsequioso, siguiéndole adondequiera que se vuelve, hasta que viendo su enfado se apartan] ¿A qué tengo de ir ahí? Parece que me quieres hacer caer en alguna trampa, según me cercas por todos lados.

GUILLERMO.— Ya veo, señor, que si el deseo de cumplir con mi obligación me da osadía, acaso el amor que os tengo me hace grosero también e importuno.

HAMLET.— No entiendo bien eso. ¿Quieres tocar esta flauta?

GUILLERMO.— Yo no puedo, señor.

HAMLET.— Vamos.

GUILLERMO.— De veras que no puedo.

HAMLET.— Yo te lo suplico.

GUILLERMO.— Pero ¡si no sé palabra de eso!

HAMLET.— Más fácil es que tenderse a la larga. Mira, pon el pulgar y los demás dedos según convenga sobre estos agujeros, sopla con la boca y verás qué lindo sonido resulta. ¿Ves? Estos son los toques.

GUILLERMO.— Bien, pero si no sé hacer uso de ellos para que produzcan armonía… Como ignoro el arte…

eXTReMe Tracker