Hamlet

POLONIO.— Que así es lo mejor. Pero yo creo, no obstante, que el origen y principio de su aflicción provengan de un amor mal correspondido. Tú, Ofelia, no hay para qué nos cuentes lo que te ha dicho el príncipe, que todo lo hemos oído.

Escena VII

Claudio, Polonio.

POLONIO.— Haced lo que os parezca, señor; pero si lo juzgáis a propósito, sería bien que la reina retirada a solas con él luego que se acabe el espectáculo, le inste a que la manifieste sus penas hablándole con entera libertad. Yo, si lo permitís, me pondré en paraje de donde pueda oír toda la conversación. Si no logra su madre descubrir este arcano, enviadle a Inglaterra o desterradle a donde vuestra prudencia os dicte.

CLAUDIO.— Así se hará. La locura de los poderosos debe ser examinada con escrupulosa atención.

Escena VIII

Salón del palacio. El salón está iluminado: habrá asientos que formen semicírculo

para el concurso que ha de asistir al espectáculo. Ha de haber en el foro una gran puerta,

con pabellones y cortina, por donde saldrán a su tiempo los actores que deben representar.

HAMLET y dos cómicos

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