Esta canción cumple una importante función dramática. La letra refleja el estado de ánimo de Desdémona y la propia melodía acentúa su sentimiento de dolor (véase partitura en CANCIONES). Shakespeare hace uso de una vieja balada para comunicar lo que no se puede expresar por otros medios. Los cambios que introdujo el autor son significativos, y lo fueron más aún para el público de la época. Las distintas versiones de la canción trataban del dolor del amante desdeñado por su amada. En Shakespeare el personaje desdeñado es una mujer; primero Bárbara, la criada de la madre de Desdémona, que murió cantando la canción tras ser abandonada por su amado; después, y, sobre todo, la propia Desdémona (el paralelo entre ambas refuerza el dramatismo de la situación). La canción queda plenamente incorporada a la situación dramática y se entremezcla con el diálogo mediante las interrupciones del canto. Además, Shakespeare hace que a Desdémona la traicione el subconsciente con el verso «No le acusarán; le admito el desdén…», lo que la lleva a corregirse («No, así no es»). Los dos últimos versos no tienen antecedente en ninguna de las distintas versiones tradicionales de la balada y, al igual que el verso «equivocado», guardan más relación con la situación de Desdémona que con el contenido de dichas versiones. Para un comentario más detallado, ver la nota «Nay, That’s Not Next!», de E. Brennecke (en Shakespeare Quarterly, 4, 1953, págs. 35-38), en la cual se basan parcialmente estas líneas.