La riqueza de las naciones

El motivo que determina que el propietario de un capital cualquiera lo invierta en la agricultura, o la industria, o en alguna rama particular del comercio mayorista o minorista, es exclusivamente la consideración de su propio beneficio privado. Las diferentes cantidades de trabajo productivo que puede poner en funcionamiento, y los distintos valores que puede añadir al producto anual de la tierra y el trabajo de la sociedad, según se emplee en una u otra actividad, jamás entran en sus pensamientos. En consecuencia, en países donde la agricultura es el quehacer más rentable, y la agricultura y la roturación las vías más directas hacia una espléndida fortuna, los capitales de los individuos serán naturalmente invertidos en la forma más provechosa para el conjunto de la sociedad. Sin embargo, los beneficios de la agricultura no parecen ser superiores a los de las demás actividades en ninguna parte de Europa. En cada rincón de Europa ha habido empresarios extravagantes en estos últimos años han divertido al público con maravillosos relatos sobre los beneficios que pueden obtenerse del cultivo y la mejora de las tierras. Sin entrar a analizar en detalle sus cálculos, una observación muy simple nos demostrará que sus resultados deben ser falsos. Todos los días comprobamos que existen fortunas extraordinarias adquiridas en el transcurso de una vida en el comercio y en la industria, con frecuencia a partir de un capital muy pequeño, y en ocasiones inexistente. Es probable que en este siglo en Europa no se pueda encontrar ni un sólo ejemplo de una fortuna similar acumulada en la agricultura en el mismo tiempo y con el mismo capital. Asimismo, en todos los grandes países de Europa hay mucha tierra buena todavía sin cultivar, y la mayor parte de la que está cultivada está lejos de haber sido mejorada todo lo que podría. La agricultura, en consecuencia, está en casi todas partes en condiciones de absorber un capital mucho mayor del que se ha invertido en ella hasta hoy. En los dos libros siguientes explicaré con detalle las circunstancias de la política de Europa que han otorgado a las actividades de las ciudades una ventaja sobre las del campo tan considerable que hacen que las personas particulares a menudo consideren más ventajoso emplear sus capitales en los más distantes comercios de tránsito de Asia y América que en mejorar y cultivar las tierras más fértiles de su propia región.

eXTReMe Tracker