Esta isla mide 39 millas del oeste al este, desde el cabo San Bartolomé hasta el de San Juan, por 11 de anchura, entre los cabos de Colnett y Webster. El litoral de la Isla de los Estados es recortado en extremo. Constitúyelo una sucesión de golfos, de bahías y de caletas, la entrada de los cuales está a veces obstruida por una cadena de islotes y arrecifes. Su especial estructura hace que menudeen los naufragios en esta costa, erizada de enormes rocas, contra las cuales, aun con tiempo de bonanza, el mar se estrella con incomparable furor.
La isla estaba inhabitada; pero tal vez no hubiera sido inhabitable, al menos durante el verano, es decir, durante los cuatro meses de noviembre, diciembre, enero y febrero, que comprende el estío en esta elevada latitud. Los ganados hubieran encontrado pastos abundantes en las vastas planicies que se extienden en el interior, especialmente en la región situada al este del puerto Parry y comprendida entre la punta Conway y el cabo Webster. Cuando la espesa capa de nieve se ha fundido bajo los rayos del sol antártico, la hierba aparece bastante verde y el suelo conserva hasta el invierno una saludable humedad. Los rumiantes, hechos a la existencia de las comarcas magallánicas, podrían prosperar en la isla. Pero en la época de los fríos sería necesario retirar los ganados a otra comarca más clemente, bien de la Patagonia o de la Tierra del Fuego.