Las Indias Negras

Dado que en su carta Simon Ford le había pedido el mayor secreto, Starr no había contado nada de su viaje a las minas de Aberfoyle.

En Edimburgo, no se hacía más que hablar de la desaparición misteriosa del ingeniero. El presidente del Instituto Real, sir W. Elphiston, comunicó a sus colegas que por medio de una carta, James Starr le había manifestado la imposibilidad de asistir a la reunión habitual de la sociedad. Y otros socios, mostraron cartas similares. Pero si todas estas misivas probaban que James Starr había salido de Edimburgo - lo que ya no era novedad - nada decían en cambio de su destino ni de su prolongada ausencia, lo que, lógicamente, causó primero sorpresa y luego inquietud entre sus allegados. De más está decir que ninguno de los amigos podía tener ni la menor idea del viaje del ingeniero y menos aun que este estuviese en las minas de Aberfoyle. 






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