Las Indias Negras

Seis meses más tarde de estos acontecimientos, se celebró el casamiento entre Nell y Harry, en la capilla de San Gil. Una vez que el reverendo Hobson hubo bendecido su unión, presidieron alegremente la fiesta, que se prolongó hasta el día siguiente. Fue en esa oportunidad cuando Jack Ryan, vestido de gaitero, obtuvo los mayores aplausos de su vida, tocando, cantando y bailando al mismo tiempo.

Al día siguiente recomenzaron los trabajos bajo la dirección de James Starr.

Es superfluo decir que Harry y Nell fueron felices. Esos dos corazones, tan puestos a prueba, hallaron en su unión la felicidad que merecían.

En cuanto a Simon Ford, capataz honorario de la Nueva Alberfoyle, contaba con vivir lo suficiente como para celebrar su quincuagésimo aniversario de matrimonio con Medge, que no deseaba nada mejor.

-¿Y después de ésa, por qué no otra? ¡Dos veces cincuentenario no será mucho para usted, señor Simon! -decía Jack Ryan.

-Tienes razón, muchacho –respondía tranquilamente el viejo capataz-. ¿Qué tendría de extraño que en este clima seco y sano no llegue a ser dos veces centenario?

¿Los habitantes de Coal City llegarán a ver esta ceremonia? El tiempo lo dirá. En todo caso el búho del viejo Silfax parece haber alcanzado esa longevidad...

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