El capataz, que no le entendió, se encogió de hombros y volvió al frente de la caravana. A las cinco de la tarde acamparon al pie de las sierras, en los primeros escalones de la gran cordillera.
CAPITULO 12
Hasta entonces la travesía de Chile no había presentado ningún accidente grave, pero en lo sucesivo se acumularían los peligros que encierra la marcha por montañas y empezaría la verdadera lucha con la naturaleza.