Podrá parecerles raro, pero dejé pasar dos dÃas antes de seguir la reciente pista que llevaba evidentemente al camino apropiado. SentÃa una aversión especial por aquellos cuerpos pálidos. TenÃan exactamente ese tono semiblancuzco de los gusanos y de los animales conservados en alcohol en un museo zoológico. Y al tacto eran de una frialdad repugnante. Mi aversión se debÃa en gran parte a la influencia simpática de los Eloi, cuyo asco por los Morlocks empezaba yo a comprender.