Ya les he narrado las náuseas y la confusión que produce el viajar a través del tiempo. Y ahora no estaba yo bien sentado en el sillÃn, sino puesto de lado y de un modo inestable. Durante un tiempo indefinido me agarre a la máquina que oscilaba y vibraba sin preocuparme en absoluto cómo iba, y cuando quise mirar los cuadrantes de nuevo, me dejó asombrado ver adónde habÃa llegado. Uno de los cuadrantes señala los dÃas; otro, los millares de dÃas; otro, los millones de dÃas, y otro, los miles de millones. Ahora, en lugar de poner las palancas en marcha atrás las habÃa puesto en posición de marcha hacia delante, y cuando consulté aquellos indicadores vi que la aguja de los millares tan de prisa como la del segundero de un reloj giraba hacia el futuro.