El secreto de la vida

La tercera doctrina es que la vida imita al arte mucho más que el arte a la vida, lo cual es resultado no solo del instinto imitativo de esta, sino del hecho de que su objetivo consciente es encontrar un modo de expresión, y de que el arte ofrece ciertas formas hermosas mediante las cuales puede poner en práctica dicha energía. Es una teoría que nunca se había enunciado antes, pese a ser extremadamente fructífera y arrojar una luz totalmente nueva sobre la historia del arte.

Como corolario, se deduce que la naturaleza también imita al arte. Los únicos efectos que puede mostrarnos son los que hemos visto antes en la poesía o la pintura. He ahí el secreto del hechizo de la naturaleza y la explicación de sus debilidades.

La revelación final es que la mentira, la expresión de cosas falsas y bellas, constituye el verdadero objetivo del arte. Pero de eso creo haber hablado ya suficientemente. Y ahora salgamos a la terraza donde «el lechoso pavo real se inclina como un fantasma» mientras la estrella vespertina «inunda de plata el atardecer». Al caer el sol, la naturaleza ofrece un efecto sugerente y maravilloso no carente de encanto, aunque puede que su uso principal sea ilustrar citas de poetas. ¡Vamos! Ya hemos hablado demasiado.

 

 

PREFACIO A «EL RETRATO DE DORIAN GRAY»

 

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