Todo arte es inútil.
Al director de la St. James’s Gazette
25 de junio 1890 16 Tite Street
Estimado señor:
He leído su crítica de mi novela El retrato de Dorian Gray y no necesito decirle que no voy a discutir aquí sus méritos o deméritos ni su personalidad o falta de personalidad. Inglaterra es un país libre y la crítica inglesa ordinaria es totalmente libre e independiente. Además, debo admitir que, ya sea por gusto o por temperamento, o por ambas cosas a la vez, soy incapaz de comprender cómo se puede criticar una obra de arte desde un punto de vista moral. La esfera del arte y la esfera de la ética son totalmente distintas y separadas, y a la confusión de las mismas debemos la aparición de la señora Grundy, esa divertida anciana, que representa la única forma original de humor que ha sabido producir la clase media de este país. Lo que me molesta sobremanera es que haya usted cubierto la ciudad de carteles en los que han impreso con gruesos caracteres:
EL ÚLTIMO RECLAMO PUBLICITARIO DEL SEÑOR OSCAR WILDE:
UN CASO PERDIDO