La muchacha parecÃa sentirse perseguida por alguien. Caminaba con pasos muy rápidos y, de cuando en cuando, volvÃa la cabeza como si quisiera confirmar la certidumbre de sus sospechas.Era de buena estatura y pelo claro. VestÃa con sencillez, pero con gusto; los colores de su vestido, bastante vivos, resultaban muy adecuados no sólo al tono de su cabello, sino a su propia silueta, de gran esbeltez. Un observador superficial habrÃa dicho que era un «palillo», pero las formas que se adivinaban bajo la tela eran netamente femeninas y de una solidez total.