El periodista que habÃa hecho la pregunta silbó estruendosamente. Todos rieron. Todos, menos uno, que no era periodista y habÃa acudido a la conferencia de prensa, que tenÃa lugar en la lujosa residencia de la joven la que se habÃa acusado de connivencia con un notorio hampón. Dudley Clunee se tiraba del labio pensativamente, porque estaba viendo algo que no acababa de encajar en los recuerdos que él tenÃa de Mildred Van Acklund.
ParecÃa la misma, pero un oscuro presentimiento le decÃa que la joven que tenÃa a pocos pasos de distancia, bajo el pórtico de altas columnas de la casa, no era la auténtica Mildred. En tal caso, ¿por qué la supercherÃa?
Pero, más preocupante todavÃa: ¿dónde estaba la auténtica Mildred Van Acklund?