Comienza la cuenta atrás. Deja por un momento a un lado la pesada carga de ese apego a la realidad que tanto te ha costado alcanzar y recuerda cuando tu primer amor era una sirena, tu mejor amigo un caballero jedi y nevaba en Sevilla en pleno verano. Cuando las preocupaciones podÃan extirparse con anguilas modificadas con Quimicefa, y tus amantes incluÃan a una pintora que era, literalmente, tu alma gemela, y a un ángel (bueno, un serafÃn) exiliado del Cielo. Cuando los repartidores de pizzas conspiraban para escribir tu biografÃa no autorizada, y una vieja grabadora trucada podÃa servir para recuperar y extraer sentido de las palabras dichas en una ruptura. Cuando La Muerte recorrÃa la ciudad con una lista de vÃctimas que, si eras lo suficientemente rápido, podÃas alterar. Cuando las hormigas aspiraban a alcanzar las estrellas. ¿Lo recuerdas? ¿SÃ? Ahora, ¡despierta! 'La hormiga...' es una novela cargada de humor, lúdica, espontánea, surrealista que acaba convirtiéndose en una reflexión sobre un universal: la aceptación del paso de la infancia a la madurez. DivertidÃsima y ácida, somete al protagonista al papel de vÃctima de su propio creador quien acabará apiadándose de él como lo hiciera Cervantes con su Quijote. Y la comparación no es casual. Este Quijote actual se debate con la ceguera de otro tipo de locura, un sÃndrome de Peter Pan que arrastra al protagonista de Dulcinea en Dulcinea buscándose a sà mismo. Porque el amor romántico puede interpretarse como un sÃntoma más de la inmadurez. O no. La hormiga que quiso ser astronauta fue la primera novela de Félix J. Palma, es un compendio de sus mejores virtudes como narrador: es divertida (divertidÃsima, de hecho), es irónica y hace gala de un estilo brillante como pocos en la literatura española; metáforas luminosas, comparaciones imposibles y, en general, una imaginerÃa verbal exuberante. CaracterÃsticas que se podÃan encontrar en sus trabajos más breves y que en este libro explota con sabidurÃa y pulso.