Burnet Bignier, sentado tras la mesa de su despacho, ponÃa en orden diversos documentos relacionados con la venta de sus reses. Burnet poseÃa un rancho bastante aceptable en Pence Valley, al sur del Missouri, y hasta aquella fecha no se habÃa podido quejar de su suerte en lo que al negocio se referÃa. Un poco disminuido en su energÃa a causa de algunos ataques reumáticos que le restaban facultades, todo el peso del rancho recaÃa sobre su hijo Claude, un mocetón de veinticuatro años, alto como un abeto, espigado, flexible, enérgico de movimientos y no mal parecido.