?Vamos, muchacho, es la hora. Ãnimo y coraje para aguantar lo que se te viene encima. Cuando se tiene sangre frÃa para atacar a un hombre a traición asesinándole para robarle, hay que tener agallas para oÃr la sentencia. Estas tétricas palabras las pronunciaba el sheriff de Ruth, un pequeño poblado del Este de Nevada, a muy pocas millas de la divisoria de Utah, cuando abrÃa el candado de una de sus jaulas para sacar de ella a Tip Kinsley, detenido unos dÃas antes, acusado de haber asesinado y robado el producto de la venta de una partida de ovejas, a Jim Lake, el capataz del pequeño rancho de Mery Upfield.