Por primera desde que abriera sus puertas al público hacÃa algo más de un año, el bar garito de Deve Short, en Deming, tenÃa enfundadas las mesas de juego y no se captaba aquella noche el agrio canturreo de la bola de marfil sobre el tazón de la ruleta. El insólito suceso era un caso de fuerza mayor y nunca mejor empleada la frase, porque habÃa sido la fuerza de la autoridad, impuesta al fin, tras un perÃodo de forcejeo muy espectacular, la que habÃa logrado aquel silencio en la ruleta, ya que aquella noche no solo dejarÃa de funcionar para siempre, sino que el bar se cerrarÃa y Deve abandonarÃa Deming.