El sepelio de Chris Howland habÃa terminado. Los habitantes del pequeño poblado de Vernal regresaban tristes y cabizbajos, patentizando en sus morenos rostros la pena que les embargaba por la alevosa muerte de Chris, el que un dÃa fuera capataz del rancho de ovejas de Asa Sterne, ya retirado de aquel negocio. Era público y notorio que Chris habÃa sido asesinado alevosamente por Jerry Powers, uno de los varios peones que tenÃa a su servició Bárbara Kelly, la dueña del rancho «Dos Flechas», enclavado a poco más de milla y media del poblado. Bárbara habÃa declarado una guerra frÃa y cruel a todos los pequeños ovejeros que aún quedaban en aquella zona después que Asa habÃa liquidado sus varios miles de cabezas de ganado lanar, dispuesto a vivir una vida sedentaria y no seguir ocupándose intensamente de aquel negocio que durante treinta y cinco años habÃan explotado con gran rendimiento, primero su padre y, después, él.