Immanuel Kant, el más grande pensador contemporáneo, no sólo revolucionó con su CrÃtica de la razón pura (1781) los principios de nuestro saber teórico, sino que inauguró con su Fundamentación de la metafÃsica de las costumbres (1785) la más ambiciosa revolución en filosofÃa moral de todos los tiempos. El punto de partida del proyecto ético de Kant es claramente democrático: la buena voluntad del hombre común y corriente. Y el análisis a fondo de esa buena voluntad, que se caracteriza por la conciencia del deber, lleva al autor de esta obra a la formulación del principio supremo de nuestra conducta moral como imperativo categórico: una ley que nos impone el deber de guiarnos por criterios de universalidad incompatibles con el egoÃsmo, y que nos prohÃbe, además, instrumentar o utilizar solamente como medio a ninguno de nuestros semejantes, porque todo ser humano constituye, en su condición de persona, un fin en sà mismo. Kant sostiene, por otra parte, que este principio supremo no está dictado por la naturaleza ni por ninguna autoridad gobernante divina o humana, sino que dimana de la autonomÃa de nuestra propia voluntad. Finalmente concluye que la raÃz de nuestra moralidad es nuestra libertad. La ética kantiana puede ser, pues, sucintamente caracterizada como una ética del deber que es a la vez una ética de la libertad. La presente edición de la Fundamentación de la metafÃsica de las costumbres se ajusta al texto de la traducción castellana de Manuel GarcÃa Morente e incorpora como anexo los Comentarios a dicha obra de H. J. Paton, uno de los más expertos conocedores actuales del pensamiento ético de Kant.