Reseña de La palanca del tiempo
El joven Thomas Lantoor, del «Tribune Herald», se volvió hacia la preciosa criatura que tenía detrás: ? ¿Tú también aquí, Vera? Vera Porter, del «Woman?s Magazine», asintió con la cabeza. ? ¿Cómo te enteraste? ? insistió el joven. ? No perdiéndote de vista. Cuando vi que no estabas esta tarde en la Asamblea de las Naciones Unidas, me dije: «¡Ese granuja debe tener algo interesante! De otra manera no se perdería el discurso agresivo del delegado soviético.» Entonces, me planté ante tu periódico y esperé hasta verte salir, como un criminal perseguido por todo el F.B.I., mirando a un lado y a otro de la calle, con el cuello de la gabardina levantado y el ala del sombrero echada sobre los ojos... ? ¡Eres un lince, Vera! La muchacha, una rubia con una carrocería especial, como ésas que las más importantes casas de coches lanzan al mercado de siglo en siglo, sonrió divertida.